Puedes seguir tratando de unificar a todos tus fantasmas en una sola espina, pero la verdad es que el mundo está plagado de objetos punzantes. Este humilde aguijón solo puede adjudicarse la autoría de aquellas críticas que le pertenecen, no aspira a más.

Cuan estúpido sería para un hombre enmascarado usar un antifaz. Que infructuosa cruzada la de buscar una identidad en mí, si no va a daros más que lo que ya sabéis: Soy una púa, alguien que con acierto o sin él, dice lo que piensa.
Cualquier referencia a mi persona que pueda otorgaros con un nombre, constituiría un símbolo igual de verdaderos o igual de falso que esa astilla de sufrimiento con la cual he decidido bautizarme.

Deberíais aceptarlo, la red es muy grande, y al mismo tiempo que no todos los cumplidos provienen de amistades prefabricadas, tampoco la totalidad de las críticas forman parte de una estratagema tramada por enemigos personales.

Si escribo bien o escribo mal, mis críticas como lector no van a tornarse menos legítimas, puesto que la mayoría de lectores, no aspiran a ser escritores, ni estos últimos invocan la magia de la literatura únicamente para los suyos ¿O tal vez me equivoco?

En cualquier caso quizás un día reúna el tiempo suficiente para publicar mi propio blog, y entonces agradeceré todos vuestros comentarios. Espero que sean algo más que pataletas.

Un abrazo